Otros restaurantes, otras ideas

Estas líneas vienen por una idea que ronda en mi cabeza desde hace unos meses, cuando leí que un gran cocinero, que había ostentado la preciada estrella MICHELÍN durante 20 años, se liaba la manta a la cabeza, adquiría un camión-cocina y se ponía a vender perritos calientes (gourmet, eso si) en la entrada al Makro de Palma de Mallorca.
Podría parecer una idea descabellada viniendo de un cocinero de renombre, bien conocido y apreciado, pero todo aquel que conozca un poco la presión que ejerce el trabajar de empresario en restauración para mantener ese prestigio o nivel, sabe de que hablo.
Y no es moco de pavo tomar una decisión así, pero entiendo que ahora dormirá más tranquilo, disfrutará de más tiempo libre y no tendrá que pelear con empleados, proveedores, malos clientes, etc.
VIVA la vida, creo que es una buena idea, colgar la casaca blanca y salir a la carretera a vivir un poco
Pues eso, la cocina para quien lo cocina